jueves, 27 de septiembre de 2012

Guerra de Malvinas.

  La Guerra de las Malvinas fue un conflicto bélico entre la República Argentina y el Reino Unido. La guerra se desarrolló entre el 2 de abril y el 14 de junio de 1982, fecha en la cual el Reino Unido recuperó los tres archipiélagos.
  La causa fue el intento por parte de la Dictadura Argentina de buscar una solución mediante una acción militar, favorable a sus intereses, en la discución sobre la soberanía de estos archipiélagos, los cuales las Naciones Unidas consideran territorios en litigio entre la Argentina y el Reino Unido, este los administra y explota. Sus descubrimientos son motivos de controversias; fueron ocupados alternadamente entre España, Francia, Argentina y Reino Unido; Argentina considera que se encuentran ocupados por una potencia invasora y los consideran como parte de su provincia de Tierra del Fuego. En la guerra murieron 649 militares argentinos, 255 británicos y 3 civiles isleños.
  Políticamente, la derrota en el conflicto precipitó en Argentina la caída de la llamada Junta Militar que gobernaba el país.
  Luego de más de tres décadas de acaecido el conflicto, las Naciones Unidas continúan considerando los tres archipiélagos con sus aguas circundantes como territorio con soberanía aún no definida, entre la Argentina y el Reino Unido.
  Después de los cambios de poder de la junta militar a finales de marzo de 1981, Leopoldo Galtieri llegó al poder con el Brigadier Basilio Lami Dozoy el almirante Jorge Anaya, quien propuso la recuperación por vía de la acción militar de las Malvinas como solución al largo conflicto por la soberanía de las islas. La decisión fue tomada bajo la suposición de que el Reino Unido nunca respondería militarmente. La tensión entre los dos países se incrementó el 19 de marzo de 1982 cuando un grupo de comerciantes de chatarra argentinos levantaron la bandera Argentina en las Islas de Georgia del Sur, este acto fue más tarde visto por los Ingleses como el primer acto de guerra. La junta comenzó a estudiar la posibilidad de ocupar las Islas Malvinas y Georgia antes de que los británicos pudieran reforzarlas, por lo tanto aceleró la fecha de invasión hacia el 2 de Abril.



  Fundamentos políticos y militares de la acción Argentina.
 La decisión se basó en lo siguiente:
1. Naciones Unidas se había adherido firmemente a la doctrina de la guerra justa mediante la aprobación, por grandes mayorías, que reconocían explícita mente la legitimidad de las guerras de liberación, de autodeterminación recuperación de las islas por la vía armada había estado presente en el diplomático bilateral desde 1972
2. Entre 1981 y 1982, varias acciones del Gobierno británico fueron interpretadas por la Junta militar argentina como señales de desinterés por el archipiélago, sus habitantes y su futuro, entre otras.
3. La guarnición británica en las islas Malvinas, Georgia del Sur y Sándwich del Sur era deducida, y la lejanía a la metrópoli impedía la llegada de refuerzos a tiempo.
4. La capacidad de guerra anfibia del Reino Unido a medio mundo de distancia no parecía estar a la altura de las circunstancias, pese a su gran poderío aeronaval.
5. No parecía probable que el Reino Unido realizara un contraataque a gran escala, afectando al territorio continental argentino.

Testimonios de veteranos en la Guerra de Malvinas:

  • Pablo De Benedetti.

Yo era clase 62, pero entré con la 63 porque había pedido un año de prórroga para terminar el secundario. Me incorporaron el 5 de febrero del 82 y en abril, el domingo de Pascuas, sin haber terminado la instrucción militar, viajo a Malvinas. Yo pertenecía a la Escuela de Ingenieros de Campo de Mayo como soldado conscripto, y fui enviado a Malvinas con la orden de participar en la construcción de los campos minados.
 El miércoles llego a la casa de mis padres en Olivos y ellos se ponen contentos porque pensaron que nos largaban para pasar con la familia la semana santa, cuando les digo que me voy a la guerra, no me creen, me dicen que debo estar equivocado, que qu;e se yo de armar minas. Al otro día me acompañan.
 El jueves nos enseñan lo que es una mina, la única que vimos antes de llegar a Malvinas. El sábado nos permiten ver a nuestros padres, el domingo ya no, ellos, mi familia y las de otros conscriptos están en la calle y nos saludan de lejos a través del alambrado. Nos llevan en camiones a El Palomar, de ahí en avión a Santa cruz y en otro avión a Malvinas donde llegamos el lunes a la mañana.
 Desde el 2 de abril nos venían lavando la cabeza con que nosotros íbamos a Malvinas para que la guerra no llegar a Buenos Aires, y no mataran a nuestros padres, familias, amigos, y uno a los 19 años y con una Plaza de Mayo llena de gente apoyando, se lo cree.
Uno piensa que con total inocencia que, si va a la guerra por su país, para recibir un trato diferente al que recibimos. Desde el puerto caminamos por el pueblo hasta unos galpones que habían del otro lado, y los chicos miraban, los chicos de ahí, chiquitos, seis años, ocho, diez, desde las ventanas o los jardines que casi todas las casas en las islas tienen, un militar, un oficial, nos decía que le apuntáramos a los chicos para que no nos vean y se metan adentro ahí me cayó la ficha que no iba a ser como yo pensaba.
 Después de pernoctar dos días en esos galpones nos dividen y a mí me toca una sección, justo atrás del hospital donde hacemos una posición, esto es cavar pozo de zorro, pozos de 2 metros de largo y 1,50 de profundidad, que se tapan con pasto y paja para que no puedan reconocerse desde los aviones. Ahí uno duerme, esos pozos por las inclemencias climáticas, llueve mucho, hace frío, hay mucho viento, muchos más de lo que uno puede imaginar desde acá, esos pozos se llenan de agua. Como no se podían usar para los fines bélicos, se convirtieron en lugares de castigo para nosotros, los soldados. Te hacen meterte en el pozo con el agua helada hasta la cintura, y después no te podés secar, por el clima, y se te congelan las piernas.
 La primera vez que me meten es porque agarramos carne de una oveja que habían matado los suboficiales, y nosotros hacía unos días que estábamos casi sin comer; tanta hambre teníamos que la comíamos cruda.
 Cuando te descubren, te bailan horas, te bailan quiere decir que te obligan a hacer ejercicio físico, carrera, cuerpo a tierra, salto de rana, flexiones, a veces durante horas.
 A mí me hicieron el baile al lado del campo minado que habíamos hecho, y hasta me gatillaron en falso un fusil FAL en la cabeza.
 Otra vez fui a buscar agua con la cantimplora a un camión cisterna que estaba a unos cien o doscientos metros, no teníamos nada de agua hacía muchas horas, y otra vez me manda al pozo zorro, me llevan al médico, el capitán médico le dice al sargento Romero, que era uno de los que nos torturaba, el otro se llamaba Monges, que me tenía que dar ropa seca, medicación, que me la dio, y la tenía que descansar al lado de una fogata porque corría riesgo de perder las piernas por congelamiento. Cuando volvemos a las posiciones el sargento Romero me tira la medicación, me dice que él sabe más que el médico, y que lo mío se cura con más pozo de zorro. Esto hasta el 30 de mayo, que volvemos a los galpones, que estaban cerca del lugar donde atendía el médico, el 2 de junio me voy arrastrando, ya no podía caminar, hasta ver al capitán médico que apenas me ve me carga en un camión y me lleva al hospital de Malvinas, donde me tienen que cortar los borceguíes y las medias porque no me las podían sacar por la inflamación y las lastimaduras, las manos también las tenía llena de ampollitas y pequeños granitos que produce el frío extremo y húmedo.
 Poco antes de embarcarme en el Bahía Paraíso un teniente llamado Blanco me dice que en 3 días me tengo que presentar en el frente, en las posiciones, pero los médicos me embarcan igual, salimos rumbo a Puerto Belgrano, tardamos seis, siete días en llegar.
 En el bahía Paraíso nos llevan a Santa Cruz, de ahí en avión a Punta Alta y después en camiones a Puerto Belgrano, ahí me internan. Cuatro veces por día me cepillaban las piernas con un cepillo embebido en Pervinox porque se me estaba pudriendo la piel, me salvé que me amputaran, pero hasta el día de hoy sigo tomando medicación para la circulación en las piernas.
Internado, no me dejaban hablar por teléfono, un día pido una silla de ruedas para ir al baños y me meto al office de una enfermera para hablarle a mi familia, para avisarles donde estaba, pero me agarra un jefe y me dice que no puedo hablar, que estamos en guerra y me corresponden sanciones, le digo que se vaya bien a la mierda porque mientras él estaba calentito tomando café yo vengo con las piernas destrozadas del frente de combate, y que voy a hablar le guste o no; una operadora me dice que tiene que escuchar la comunicación, le digo que si, que lo único que quiero es avisarle a mi familia que estoy vivo y en el continente.
 Mi vieja no me creía que era yo, pensaba que era otro hermano, pero esa misma noche viajan y a la mañana siguiente, cuando le dicen que casi seguro me tienen que cortar las piernas.
 Estuve internado unos 20 días, hasta que me mandan a campo de Mayo, donde me dice un mayor que en 3 días me tengo que presentar a terminar mi servicio militar, yo le cuento todo lo que pasé y le digo que si me hacen eso agarro un fusil y quemo a cualquier que se ponga adelante, entonces me dan licencia hasta la baja, pero antes me hacen pasar por la Junta Calvi, que es una junta de justicia militar en tiempo de guerra, que está obligada a tomarte las denuncias, resulta que a mí me dicen que firme un papel donde reconozco que estuve bien tratado, como me quería ir a mi casa lo más rápido posible les firmo, pero por eso es este juicio que entablo ahora.
 Cuando llegás a tu casa es otra odisea, otro calvario, ya nada va a ser igual que antes, que las conversaciones con tus padres, tus hermanos, ya no son iguales porque hay cosas que no entiende, y vos hay cosas que no entendés, que perdiste mucho, que mientras tus amigos estaban en un boliche bailando vos estabas matando gente y esquivando tu propia muerte, que te usó el gobierno para tratar de perpetuarse, y que el pueblo nos apoyaba cuando nos íbamos para allá, ahora nos hacía culpable de la derrota.
 Yo sentí lo que deben haber sentido Madres y Abuelas de Plaza de Mayo, la incomprensión del dolor por parte de los que te daban la espalda, que "malvinizar" estaba mal, ellas eran las "Locas", nosotros los "locos de la guerra".
 En Malvinas los militares argentinos eran los mismos que acá durante el proceso se robaban pibes, secuestraban, torturaban, afanaban, aunque hay que decir, porque me consta, que no todos fueron iguales.
A mí, en este recurso que presento ante la Comisión Provincial por la Memoria, un jefe me sale de testigo, contra otro que es el que acuso. Hace dos !nos fui a un asado que se hace regularmente en donde antes estaba la Escuela de Ingenieros, yo nunca iba porque no me quería encontrar con cierta gente, pero esta vez fui porque me aseguraron que no iba a esta, pero uno estuvo... y me viene a saludar, yo le pongo la mano en el pecho para frenarlo y le digo - Yo a vos no te saludo porque sos un hijo de puta. - El me dice que no puede ser que tenga tanto resentimiento después de todos estos años, que no soy quien para manchar su lagajo, y que debo estar en un Centro de Soldados de La Plata al que acusan de ser "Zurdos". Se justifica, ese tipo se llama Romero, diciendo que en esa época no existían los Derecho Humanos y que la ley era la ley militar por estar en una Dictadura, yo le dije que los Derecho Humanos y la dignidad existieron siempre.
 A todo esto otro suboficial presenció la discusión y le dice a Romero que él jamás le hizo eso a un soldado, y Romero le contesta que no le puede decir eso porque son camaradas de armas, después se pasó todo el asado hinchándome las pelotas con que no le hiciera el juicio, que eran temas que debían estar olvidado, al final le dije - Te lo voy a hacer y te voy a hacer mierda porque cada día que tomo la medicación para las piernas me acuerdo de vos y de los pozos de zorro.-
 El suboficial que lo enfrentó me preguntó porque nunca lo había dicho, y yo le respondí que nunca iba a los asado para no encontrarme ni a Romero ni a Mongs, entonces me dijo que me iba a ayudar porque no puede ser que estas cosas no tengan su debida justicia, su debido castigo.
 Un día Romero me llama y me dice que quiere hablar, yo le digo que me voy a ir con dos veteranos para que escuchen lo que me vaya a decir, me cita en un bar y él no va, entonces yo de ahí me voy a hacer un trámite al Hospital de Vicente López, y me agarra en la escalinata, me dice otra vez que no entiende mi rencor, y que lo malinterpreté cuando me habló en el asado justificándose, yo le digo que lo malinterpretaron varios, porque se ofrecieron como testigos. Después me dice que no se acuerda de haberme hecho ese castigo pero que si lo hizo fue porque algo habría hecho yo, el argumento de aquella época; a partir de ahí me hablaba por teléfono para amenazarme, para decirme que me podía morir, cosa que ya está también en la causa y que de la que tengo varios testigos. En una causa anterior un tribunal de Tierra del Fuego declara los hechos como violación a los Derecho Humanos y por lo tanto imprescriptibles. Los militares apelan y ganan en Casación 2 a 1, y es por eso que ahora está en la Corte Suprema.
Yo no actúo por rencor sino por un sentimiento de justicia y convicciones, yo necesito justicia por lo sufrido, y la sociedad, así como necesitó saber que pasó con los desaparecidos, necesita saber que pasó con Malvinas, para crecer como comunidad.
 Estos dos personajes, uno hasta hace dos años era Suboficial mayor y otro ya estaba retirado del ejército, cobran pensiones como héroes de Malvinas. Yo espero que vayan presos, las Fuerzas Armadas también tienen que ser depuradas, y es muy injusto que militares que actuaron bien en la guerra, los metan en la misma bolsa con estos delincuentes. A mí la determinación que tome la Justicia no me va a devolver lo perdido, para mí los festejos de fin de año con fuegos artificiales no son festejos, son sufrimiento porque me acuerdo de las bombas, los tiros, los compañeros muertos, porque el que estuvo en la guerra y fue torturado nunca más puede disfrutar de una noche estrellada, todos los días hay algo que te recuerda que sos veterano.






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